LA TRIBU DE ORGEGIA - Antenas del Cid ( 05 de febrero de 2011)

Otra vez, se fastidió la subida final al Cid, aunque a pesar de ello, la ruta fue todo un éxito.

Salieron sobre 26 kilómetros y unos 900 metros de desnivel acumulado.

Partimos desde Elda, cerca de la gasolinera Idella, y pusimos rumbo hacia las antenas de los chaparrales pasando por la Loma Badá. La subida la hicimos de un tirón y a buen ritmo. Íbamos Jordi, Raúl y yo, los tres colgaos de la Tribu que hemos cometido la locura de apuntarnos a la maratón de bicicleta de montaña del Soplao. Maratón de 165 kilómetros que se celebra en Cabezón de la Sal (Cantabria) y que tiene unos 4.000 metros de desnivel acumulado. Debido a esto cada ruta la hacemos pensando un poco en que nos sirva como preparación para semejante reto.

En el último tramo de la ascensión, tramo con firme hormigonado justo antes de las antenas, Raúl puso las cosas en su sitio pegando un fuerte tirón y dejándonos a Jordi y a mí descolgados, (para la próxima tendrá que decirnos lo que desayuna…).

Cuando llegamos a las antenas, estas nos ofrecieron unas espectaculares vistas de Alicante, Agost, etc…, y dio paso al romanticismo.

Aún nos quedaba un tramo de subida hasta el segundo grupo de antenas que se encuentran unos 100 metros más arriba. Esta subida tiene un primer tramo difícil, ya que tiene mucha pendiente y el terreno está muy roto y con piedras sueltas, seguido de otro tramo, literalmente imposible de subir montado, con lo que toco porteanda durante unos 50 metros.

Iniciamos la bajada y entonces vi una senda que partía desde la izquierda de la senda por la que íbamos nosotros, y recordé que la gente de la Penya el Rot me había comentado que por ahí, había una bajada más divertida ( recuerdo que en el idioma rotero, más divertida significa, más difícil y más radical), y decidimos probar. No defraudó, la pendiente era acojonante, estrecha, con agarre limitado, muy serpenteante, frondosa, argggg.

En esta bajada hubo algún que otro percance, Jordi en una curva se salió y cuando llegó abajo descubrimos que había perdido el Iphone, así que toco pateo remontando la senda hasta que encontramos el aparato. Esto fue lo que nos retraso y lo que hizo que más adelante no subiéramos a la cumbre del Cid por falta se tiempo.

Dejamos la senda para coger la pista que nos lleva cresteando hasta un lugar llamado “el contador”, no por que por allí entrene el famoso ciclista, si no por que debido a que en ese collado la pista se estrecha en un paso más cerrado, los pastores de la zona aprovechaban este para contar su rebaño.

Anecdotas a parte, en este punto es donde decidimos dejar el camino de ascenso a la cumbre del Cid para bajar por una senda con unas zetas de esas imposibles de girar sin poner el pie a tierra o ser un experto en trial, que nos dejaría otra vez de vuelta a la carretera que recorre toda la sierra.

Llegado a esta, remontamos otra vez para llegar a la zona conocida como el Abeto, donde comienza otro descenso rápido y técnico que hizo las delicias de todos, en particular de Raúl que al bajar el primer tramo del tirón le pego un subidón de adrenalina y continuó bajando chillando gritos de guerra, un crack .

A mitad del descenso tomamos una alternativa que en su día nos enseño un Rotero y que te deja en la rambla que nos llevo hasta Petrer, y de allí al coche, con 26 kilómetros a la espalda y casi 900 metros de desnivel, lo justo para merecernos unas cervecillas y unas patatuelas.