Pues como no podía ser de otra manera, la despedida del año se hizo, o más bien la hice por nuestra montaña Máter, “ Orgegia”.
Debido en parte a lo complicado de estas fechas en cuanto a compromisos familiares adquiridos, viajes y demás eventos, e incluso a alguna gripe mal avenida, la despedida del año la tuve que hacer en soledad, con la única compañía de mi fiel montura y mi cámara de fotos.
De vez en cuando, y más en estas fechas, no es malo hacer una salidita en solitario, para poner en orden tus pensamientos y descargar un poco la tensión que día a día, el trabajo, la familia y en definitiva las responsabilidades se encargan de incrementar.
Después de estas trascendentales palabras paso a relatar lo que fue una agradable mañana por nuestro particular patio de recreo, Orgegia, zona que por su proximidad al núcleo urbano de Alicante hace que todos los bikers de la zona utilicemos para quitarnos el mono de bici cuando disponemos de poco tiempo.
La ruta la comencé por la playa de San Juan, dirigiéndome hacia la pedanía de Santa Faz, por donde, cruzando la autovía A-33, se llega por una serie de sendas y trialeras, al Hogar Provincial, de donde parte la pista que asciende al mirador de Orgegia.
Una vez llegado a este punto, se comienza a bordear el monte por una senda que transcurre justo por el borde del mismo. El terreno es abrupto y escalonado debido al tipo de terreno que lo forma. Es un monte formado por la fosilización de dunas, lo cual hace que el terreno sea de roca arenisca que ofrece mucho agarre pero que cuando rompe deja cantos muy vivos.
Después de llanear durante unos metros por el borde de la misma, se llega a una torre eléctrica donde se inicia el descenso. Este tendrá más o menos un kilómetro y es, si se quiere muy rápido, pero debido a la cantidad de piedras sueltas que hay, cuanto más rápido se haga, más complicado se nos volverá.
El descenso acaba a los pies de la autovía, y culmina con una trialera a los pies del estribo del puente que hace que se pueda cruzar esta, por debajo.
De aquí me fui hacia el barranco, pedaleando aguas arriba y subiendo por la rambla que hay a los pies del balcón de Orgegia hasta una trialera ascendente que te lleva a los pies de la losa que parte del mirador. Aquí me aventure a hacer una bajada inédita por una losa que me devolvió a la rambla antes comentada, haciéndola ahora en sentido descendente para dirigirme a la zona de Juan XXIII.
En esta zona me encontré la sorpresa del día en forma de oveja con dos crías. La verdad es que la imagen, incluso para un tío de pueblo como yo era enternecedora, así que como llevaba la cámara me puse a tirarle fotos como un loco, acercándome todo lo que pude a ellos, hasta que la madre se mosqueo y se puso a dar coces al suelo con la pata delantera de forma amenazante, rápidamente capté la indirecta y me retiré dejando a la nueva familia en paz.Que suerte ha tenido la jodía que ha llegado a tiempo de pillar el cheque bebe.
De aquí, pues lo típico, subida por la antigua cantera, bajada hacía Villafranqueza,
con subida por la pista de la casa abandonada, para después hacer la divertida bajada de la senda de los caracoles.
Una vez bajo me di cuenta que había pinchado, o más bien pellizcado la cámara, y me perdía aire. Al darme cuenta la pereza pudo conmigo y aborte la ruta, mi intención era subir la Serra Grosa pero la verdad es que no me apetecía nada liarme a cambiar la cámara, por lo que opte por una retirada estratégica a casa y compartir lo que quedaba de la última mañana del año con la Jefa de la casa y así empezar bien el año.
